Wednesday, September 04, 2013
Estado de bienestar, renta básica incondicional, cambio tecnológico y paro.
Traducción al castellano. Ver el original en gallego o publicado en praza.com/
1) Que es la
Renta Básica Incondicional?
Últimamente
se ha intensificado el debate sobre la propuesta de la llamada Renta
Básica Incondicional . En primer lugar es preciso tener claro el
concepto por lo que partiré de la definición de la Renta Básica
dada por “Red Renta
Básica”: “....es
un ingreso pagado por el estado, como derecho de ciudadanía, a cada
miembro de pleno derecho o residente de la sociedad incluso si no
quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si
es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles
puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con
quien conviva. Se
sobreentiende que dicto ingreso ha de ser suficiente para permitir
una vida digna. Para diferenciarlo de otras propuestas de Renta
Básica que exigen alguna condición (ser pobre, por ejemplo), le
añado el adjetivo Incondicional. En adelante RBI.
A nadie se
le escapa que una propuesta de este tipo significaría un cambio muy
importante en la configuración de la sociedad, y como tal origina
evidentemente, varias polémicas.
2)
RBI y Estado del bienestar
En este
comentario me voy a centrar en una de las críticas más comunes a la
propuesta de RBI que es su relación con el estado de bienestar
existente en el estado español y la imposibilidad en est43e momento
de crisis de financiar ambas medidas. La tesis, adelanto, es que no
existe tal incompatibilidad pues, en el fondo, la RBI (cuando menos
en mi planteamiento) intenta resolver otros problemas.
Pero veamos
primero las argumentaciones de que hablo y, como ejemplo de las
mismas, el artículo publicado en 20-08-2013 por el profesor Vicenç
Navarro (Qué
renta básica?), en el periódico Público.
En el
artículo, de gran claridad expositiva, como nos tiene acostumbrados,
define en primer lugar el estado del bienestar en el estado español,
llegando a la conclusión de que para equipararlo con nuestro entorno
europeo y nivel de desarrollo económico precisaríamos en total de
un 11-12% del PIB. Valora a continuación en un 37%, también del
PIB, lo que costaría la instauración de una RBI de 8.551,00 €/año,
llegando a la conclusión de la imposibilidad de implantar la medida
ahora. De tener que elegir entre los dos modelos elige, acertadamente
en el contexto de la exposición, el primero.
Por otra
parte, hace falta mencionar un estudio reciente, realizado por
Arcarons,
Raventós y Torrens referido a Cataluña y con una RBI de
7.968,00 €/año realizado a partir de los datos obtenidos de la
declaración del IRPF del año 2010, y que sí lo consideran viable.
En una reciente entrevista,
Daniel Raventós indicaba: “En nuestra propuesta, para
financiar esta RB, además del recaudado hasta ahora, es decir, sin
tocar ni un euro de ninguna otra partida (sanidad y educación
públicas no se tocarían, por se alguien tiene alguna duda) excepto
las prestaciones monetarias que fueran redundantes con la RB, el
dinero saldría de: una reforma del IRPF y del ahorro de las
prestaciones monetarias que serían suprimidas con la RB.” Lo
que sí existe en el estudio mencionado son ganadores y perdedores,
concretamente: “La gran mayoría de la población declarante
actual en el IRPF y no declarante saldría ganando respeto de la
situación actual. Sólo un porcentaje que oscilaría entre lo 10 y
el 15% de la población más rica saldría perdiendo con la reforma
propuesta. Un porcentaje similar quedaría en una situación parecida
a la actual, dependiendo claro está de la situación de sus
respectivos hogares, y entre un 70 y un 80% de la población ubicada
en los niveles inferiores de renta de los otros dos grupos saldría
ganando con la reforma.” Tan sólo quiero anotar que, con
respeto a la financiación hay puntos de vista diferentes sobre cómo
encarar la discusión que, más bien, parecen ser sobre cómo
afrontar la redistribución, es decir, sobre políticas.
Pero la
pregunta es: ¿Tenemos posibilidad de discutir sobre la RBI?. Dicho
de otra forma, ¿es una opción o una necesidad para salir de la
crisis?
3)
Estado del bienestar y paro
Porque en el
estado del bienestar, como menciona Vicenç Navarro en el artículo
ya mencionado, había una tercera pata (además de los servicios
públicos y las transferencias condicionadas) que es el pleno empleo,
con buenos salarios y que permitía, a mayores, una renta más que
básica para aquellos que no pudieran trabajar (desempleo).
Ciertamente, la unión de un estado de bienestar con una política de
pleno empleo fue la estrategia más exitosa del siglo XX pero,
relativicemos, en ese siglo, con sus notables avances tecnológicos
que propiciaron una remodelación de la industria (fordismo) y una
estrategia basada en el consumismo, que precisaba una demanda
creciente para una oferta también creciente. Pero, ¿lo habría sido
en el siglo XIX con otro modelo basado en otra tecnología?
Y en el
siglo XXI nos encontramos, curiosamente, con una escasez de demanda
que estimule la economía que, como dice Vicenç Navarro (La
evolución de Paul Krugman), se debe la merma de las rentas del
trabajo. Como dice José
Luis Rey Pérez, (en "pensamiento político", pax.
244): “Resumidamente, el cambio fundamental que estamos viviendo
es el paso de un capitalismo mayoritariamente productivo a un
financiero, con el debilitamiento en consecuencia del factor trabajo
en un contexto de globalización financiera y tecnológica”. Y
como la riqueza tiene que ver cada vez menos con las actividades
productivas, la posición del trabajador, dueño tan sólo de su
fuerza de trabajo, se ve debilitada (José
Luis Rey Pérez, 245). Así llegamos al auténtico problema de la
economía en estos tiempos, el paro y la precariedad: «Frente al
profesional con una carrera burocrática por delante que representa
el perfil básico del capitalismo del bienestar keynesiano, el actual
licenciado universitario tiende a adoptar la figura del micro siervo,
sumiso al capitalismo globalizado; disponible y plegado a un modelo
con cada vez mayor movilidad funcional, tecnológica y territorial, y
en el que las burocracias, estabilizadas por el Estado de bienestar
se sustituyen por un personal deslocalizado, fragmentado y
desidentificado laboralmente» (Alonso, L. Y., Trabajo y
ciudadanía. Estudios sobre la crisis de la sociedad salarial, citado
por José Luis Rey Pérez, 247)
Y no sólo
del trabajador, convertido muchas veces en parado. El problema se
traspasa a toda la sociedad: Hay que tragar reformas laborales,
atentados ecológicos,
“empresas” ilógicas (Eurovegas)
o trabajos denigrantes.
Todo vale ante el chantaje del “trabajo”, con la ayuda, por
cierto, de argumentos técnicos irrefutables por su propia
naturaleza, como el PIB de que hablábamos antes para valorar la
viabilidad de la RBI, y cuyo concepto merecería un comentario a
parte.
Pero, ¿cuál
es la causa de esta deriva?. ¿Es una ofensiva de la clase dominante
planificada por una mente oscura, como David Rokefeller, por
ejemplo?, ¿o un diseño de un grupo medio religioso aliado la esa
clase, como la Escuela austríaca? ¿Una consecuencia, buscada o no,
de un determinado tipo de globalización?. Algo de esto hay pues,
como dijo, más o menos, Warren
Buffett: lucha de clases haberla la hay , y la estamos ganando.
Pero algo
más tiene que haber para que se les de ese por cambiar un modelo
que, también para ellos, era exitoso. Y la pregunta es si no tendrá
que ver, nuevamente, con los cambios tecnológicos.
4)
Cambio tecnológico y paro
En la
Galicia, y en el Estado español, ya sabemos algo de la relación
entre cambio tecnológico y paro. Puede que, por ejemplo, la crisis
de los setenta en Vigo y Ferrol que nos cuenta “Los lunes al sol”
tuviera otras concausas, pero en el fondo había una renovación
tecnológica y productiva, igual que en la drástica “reconversión”
agrícola y ganadera que se aceleró también a partir de más o
menos esa época, o la práctica desaparición de la de aquella
abundantísima profesión de Auxiliar administrativo, o los cambios
sufridos por Correos, o Telefónica...
Nos quedaba
el incipiente Sector servicios y la Burbuja de la construcción (en
otras zonas fueron los minijobs (Alemania) o una situación de
partida de subdesenvolvimiento (BRICS)) para encontrar nichos de
trabajo, pero al colapso de la segunda, se une ahora la aceleración
del cambio tecnológico (ventas por internet, vehículos automáticos,
administración electrónica, impresoras 3D, robotización...) que ya
está afectando, y sobre todo va a afectar, al primero. Y no hay
apenas nada más allá. Se está destruyendo más trabajo del que se
crea, de ahí el paro o su alternativa, la precariedad o minijobs. Y
tenemos que adaptarnos a esa realidad, lo que pasa, necesariamente,
por la Renta Básica Incondicional.
A mi modo de
ver, la pregunta no es si podemos financiar la RBI, sino como la
vamos a financiar.
Porque no
hay alternativa.